jueves, 29 de abril de 2010

LOS TRES PILARES DEL AMOR

EXTRAIDO DEL LIBRO: JUVENTUD EN EXTASIS.
Interesante para hacer una reflexión al respecto, cuestionarse principios básicos en las relaciones humanas.
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Imagina que sobre una mesa triangular sostenida por tres patas vas a intentar construir un
enorme castillo. No te atreverías a pararte encima de esa mesa sabiendo que una de sus
patas está rota, ¿o sí? Y mucho menos te atreverías a subir en ella a tu cónyuge y a tus hijos.
Pues entonces revísalas hoy; la carencia o debilidad de un PILAR hará que tu vida amorosa
se desmorone tarde o temprano provocando un doloroso desenlace...
El amor trascendente tiene tres características fundamentales. Sólo tres:
Primer Pilar: Intimidad Emocional
Ésta se da únicamente mediante comunicación profunda al compartir sin arreglos ni
selecciones todos los sentimientos; al hablar con el corazón; al exteriorizar dudas, temores,
ambiciones, sueños, preocupaciones, alegrías, penas; al confesar los yerros del presente y
del pasado; al descubrir ante la persona amada el lado oculto (y desconocido por otros) de
nuestro ser La intimidad emocional es confianza absoluta, complicidad, integración,
alianza. Cuando ésta existe, se interpreta rápida y correctamente el lenguaje corporal, se
detecta el verdadero estado de ánimo del compañero (desapercibido para los demás) aunque
no haya vocablos de por medio. Y cuando se usan las palabras se hace de una forma única y
especial, en un nivel de fraternidad distinto al que se da en la comunicación con el resto de
la gente. Las riñas se disuelven cuando aún son incipientes
porque al discutir se procura no causar daño, no herir. La "verdad" es el común
denominador entre dos personas con intimidad emocional. En su trato la autoestima de
ambos se ve grandemente favorecida pues saben darse su lugar el uno al otro, saben
demostrarse aprecio y confianza sin límites. La comunicación profunda les permite no
volver a sentirse solos, le da sentido a su mundo interior, propicia la formación de un universo
exclusivo y, finalmente, cuando se alejan, ambos piensan y hablan bien de su pareja.
Este último punto es un barómetro interesante pues, aunque puedas fingirle cariño a alguien,
en la soledad tú sabes muy bien qué es cierto y qué no lo es. De modo que si al alejarte
físicamente de tu novio o novia priva en ti la sensación de lejanía emocional, si al no estar a
su lado juzgas a tu pareja como tonta, inmadura o torpe; si estando a solas te ríes un poco de
su recuerdo y, en ocasiones, hasta compartes esa burla con tus amistades o familiares, no
existe en absoluto intimidad emocional.
Millones de matrimonios pasan la vida sin verdadera intimidad; platicando únicamente
sobre asuntos superficiales y vanos: los niños, el trabajo, los problemas de la casa, la economía...
Por ocuparse de lo evidente olvidan lo fundamental. Su relación de pareja se
desvanece, se pierde.
Se dice que los hijos unen al matrimonio, pero esto, en muchos casos, es una gran mentira.
Los hijos producen distracción y funcionan para los cónyuges como excelente excusa para
evadirse mutuamente: ahora tienen problemas nuevos en qué entretenerse. Al nacer los
niños, surge una aparente integración conyugal, pero es forzada, y cuando los hijos crecen y
se van se dan cuenta de que lo que los mantuvo unidos durante todos esos años eran los
circunstanciales vástagos. Entonces (¡qué ridículo e incoherente!), después de sacar adelante
un hogar con sacrificios, después de toda una vida compartida, al hallarse a solas prefieren
divorciarse física o mentalmente. Jamás hubo intimidad emocional. Su unión fue vacía,
falsa, fingida. Un hermoso teatro que tenía como finalidad hacer creer a los demás que se
amaban.
Detuve la lectura impresionado por la fuerza de esas palabras. Dhamar y yo nos sentíamos
relajados cuando conversábamos. Eso tal vez era un indicio de comunicación profunda, un
viso de naciente intimidad emocional.
Me sobrecogió el deseo de conocer y evaluar los otros dos "pilares". Sin embargo, al
levantar la vista, un detalle proveniente de la casa de Joana me perturbó: alguien había
encendido la luz exterior... Consideré que tenía la obligación de bajarme para volver a tocar
la puerta, pero opté por postergarla con la excusa de primero terminar la lectura del artículo.
Me hundí en el asiento del automóvil para seguir leyendo.
Segundo Pilar: Afinidad Intelectual
Las personas no están hechas sólo de emociones, están hechas también de IDEAS. Para
nutrirse con los pensamientos de otro se requiere de una correspondencia intelectual capaz
de permitir puntos de vista complementarios. Las personas pueden tener la capacidad de
comunicarse íntimamente, pero si no poseen una forma similar de raciocinio respecto a los
conceptos fundamentales como el trabajo, los valores, la religión, el sexo. la educación de
los hijos, el tiempo libre, la organización familiar, etcétera, si no se enriquecen mentalmente
durante su convivencia, terminan excluyéndose, el uno al otro, de gran parte de sus
actividades. Pocas cosas alimentan más la llama del cariño que aportar ideas valiosas,
desapercibidas para el otro.
En la medida en que alguien se ame a sí mismo podrá amar a su pareja, y la autoaceptación
es un concepto que se da en la mente. Sólo siendo maduro intelectualmente es posible
aceptar la individualidad e independencia del compañero, evitar los celos, el egoísmo, la
posesión. Sólo con el juicio sereno y claro se es capaz de perdonar, ceder, dar otra
oportunidad, aceptar los errores y estar dispuesto a permitir imperfecciones.
En el cerebro adulto nace el sentido de compañerismo y fidelidad. La moral verdadera no es
producto de prejuicios sino de razonamiento inteligente. El grado de desarrollo espiritual se
relaciona con la madurez. Todos estos puntos deben tener correspondencia entre las dos
personas.
La pareja con afinidad intelectual tiene muchas cosas que compartir; lleva un ritmo de
lectura similar, de estudio parecido, de trabajo creativo coincidente, se supera en
armonía, crece y se ayuda recíprocamente.
Los novios que son capaces de estudiar y hacer sus trabajos de verdad (no como una
excusa para terminar revolcándose) son mucho más fuertes en su relación que los
demás.
En ese momento escuché el sonido de un claxon que me hizo brincar. Un coche antiguo
se había detenido detrás, a tres metros, con las luces encendidas. Pasados varios
segundos, la madre de Joana salió de la casa para abrir el garaje. El auto viró enfilándose
a la cochera, rozando la salpicadera del mío. Un tipo gordo salió a cerrar el portón.
Volví a tomar la revista. "El primer pilar del amor tiene que ver con la comunicación y
el segundo con la similitud de ideas", me dije en voz alta para tratar de ignorar el
nerviosismo que me causaban las circunstancias. "Sólo me falta leer un tema. Lo haré y
después ya veremos."
Tercer Pilar: Atracción Química
Si tienes con tu pareja intimidad emocional, puedes decir que es TU AMIGA; si además
se complementan en ideas, puedes considerarla TU COMPAÑERA. Pero falta un último
punto indispensable para anudar el lazo del amor: también debe poder llegar a ser TU
AMANTE. Esto se consigue con la atracción química. Y no me refiero al gusto corporal,
pues es frecuente considerar hermosa a una persona sin sentir ningún interés por ella. La
apariencia es algo superficial y vano. Lo que enciende el magnetismo entre dos
individuos no es un fenómeno físico sino químico. Sólo se da entre algunos. Tal vez no
se trate de gente bonita, pero la química les permite ver más allá de lo visible y arder
con la belleza que sólo ellos detectan. Cuando hay este tipo de hechizo, a las personas
no les importa lo que los demás piensen respecto al físico de su pareja. Se sienten a
gusto juntos porque se atraen realmente. Se besan y se tocan con gran espontaneidad,
con verdadera pasión. Hay esa magia que los impulsa a estar cerca, el agrado mutuo
producido por la voz, las acciones, el andar, la legitimidad, la forma especial y única de ser
del otro. Finalmente no pueden evitar esa gran identificación sexual que se da, simplemente,
sin que ellos lo planeen. Si descubres una afinidad química NATURAL con tu pareja, lucha
por conservarla. No basta con que aparezca al principio. Hay que evitar que se pierda con el
paso del tiempo. Muchos casados se descuidan, comienzan a convivir mal vestidos y
malolientes, permitiendo que se apague entre ellos la llama de la pasión. Sonreí. Al menos
estaba completamente seguro de que ese
punto existía entre Dhamar y yo. Quedaba un pequeño epílogo en
el artículo. Lo leí ávidamente.
En conclusión
El hombre está formado de EMOCIONES-INTELIGEN-CIA-CUERPO. Los tres pilares del
amor. La pareja debe tener conexión adecuada en cada uno.
Antes de casarte haz un análisis minucioso de ellos. Si ya eres casado, revisa las grietas que
puedan tener.
Al hallar algún problema detente y analízalo con tu pareja. Luchen juntos por solucionarlo;
no lo minimicen porque tarde o temprano la plataforma en que están parados se caerá por
ese lado.
Ahora, recuerda que la relación se hace ENTRE DOS. Nadie puede rendir consideraciones a
una persona que no las devuelve de la misma forma. Entre el hombre y la mujer se necesita
la cooperación mutua. Una entrega que no es correspondida se convierte en suplicio. Los
tres pilares no son para que los analices a solas sino en conjunto. Si tú crees que sientes
pasión por alguien, si crees que te identificas emocional o intelectual mente y la otra
persona no cree lo mismo de ti, no hay nada. Sc trata de una idealización, de una relación
falsa. La intimidad emocional sólo existe a! COMPLETAR EL CÍRCULO de una
comunicación profunda; el desarrollo intelectual es un ÍNTER CAMBIO de valores mentales
de los dos. La atracción química verdadera sólo se da cuando se combinan las vibraciones
de AMBOS. Si crees estar enamorado pero mal correspondido, despreocúpate y olvídalo. No se
traía de amor. Sólo es un capricho, un invento tuyo que terminará destruyéndote si ie aferras a
él...